Ya va siendo hora chicas, de que nos despidamos del algodón y cualquier otro tejido que no sea la seda, para dormir al menos. Hoy queremos regalaros las ventajas y beneficios que vamos a conseguir utilizando seda en nuestras camas en vez de otro tipo de tejido.
La seda cuida tu pelo
Sí, es lo mejor para él. Las almohadas de tu casa deberían estar cubiertas de seda para que mantengan la armonía y el buen lustre de tu cabello. ¿Por qué? Es sencillo. La seda es una fibra natural compuesta en gran parte por aminoácidos que guardan mejor sintonía con tu piel y pelo. Las proteínas de la seda limitarán la producción de sebo y harán que tu cabello se vea más terso y limpio.
La grasa en el pelo es buena, pues lo protege del frío, de agentes externos, bacterias y agresiones. Ahora bien, a veces el excesivo uso de champús, lavárselo todos los días (nada recomendable) y la alimentación, provocan que tu cuerpo genere muchísimo más sebo en las faneras (piel, pelo y uñas). La seda es un tejido que va a ayudarte con este tipo de situaciones.
No sólo porque va a mejorar el aspecto de tu pelo, también es más resistente a la humedad y al clima, mejorando la transpiración de la piel, conservando mejor el calor y protegiéndonos del frío. Es ideal para entrenar y en fundas de almohada mucho más. Especialmente si sudamos mucho por el cuello o la cabeza, además de que resiste bien a la acidez.
Después de haber leído esto, ya no tienes excusa para utilizar la seda en tus prendas de ropa y cama.
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